Os cuento un poco acerca de mi

                   Hola a todos! Me llamo Carmen López Rebolo, nací en Lugo, el día 19 de abril del año 2002  y os voy a contar mi historia con el deporte. Desde bien pequeña se me inculcó seguir un estilo de vida saludable: comiendo alimentos nutritivos y evitando el sedentarismo, al hacer distintas actividades como: andar en triciclo, después en bicicleta, jugar al futbol o saltar en una colchoneta. Puedo afirmar que mi primer contacto con un deporte federado y regulado por un técnico fue a los tres años, cuando, durante unos meses, practiqué natación. Desde los tres hasta los 10 años, no volví a practicar ningún deporte regulado; pero, sí que continúe con un estilo de vida activo, jugando al futbol, al baloncesto, saltando a la comba o jugando al pilla pilla con mis amigos. Con 10 años, fue cuando entré en contacto con el mundo del judo. Deporte que practiqué durante dos años, hasta los 12 años. Para  mi el judo, en su momento, supuso una manera de relacionarme con más gente de mi colegio y de descubrir lo que era capaz de hacer con mi cuerpo. Pues como dice el dicho "Más vale maña que fuerza". El judo es un deporte a través del cuál, con tus capacidades y habilidades propias, buscas enfrentarte a un oponente, manteniendo siempre una armonía cuerpo-mente y manteniendo siempre valores como el respeto y el compañerismo. El judo supuso  para mí un aprendizaje, acerca no solo, de las técnicas que podían ayudarme a ganar a mi oponente, si no también de como gestionar mi ímpetu competitivo, y comportarme con educación y amabilidad, aún en situaciones donde yo salía perdiendo en las competiciones. Además del aprendizaje de valores, durante eses dos años conocí a gente, que compartía mis mismas inquietudes y gustos. Tras esos dos años, abandone el deporte federado, y comencé, con 15 años a entrenar por cuenta propia. Me compré una esterilla y empecé, por consejo de mi profesor de Educación Física, a realizar ejercicios de fortalecimiento del core. A partir de entonces, buscaba día a día, superarme, y es en este momento cuando entro en contacto con el entrenamiento de fuerza. Para mi esta disciplina deportiva supone un momento de desconexión y de descarga física y mental, buscando siempre mejorar mis habilidades físicas (sobre todo la fuerza), al mismo tiempo que cultivo en mí valores como la resiliencia, la autosuperación.. etc...